Es uno de los yacimientos ibéricos más conocidos, gracias a las esplendidas piezas cerámicas que allí se han encontrado, y a la vez una gran incógnita, pues está todo por investigar.
La historia de la investigación de este yacimiento se puede dividir en dos etapas, cuyo punto de inflexión son las excavaciones llevadas a cabo en el yacimiento en 1944 por San Valero Aparisi y Fletcher Valls. Antes de las mismas tenemos una gran recopilación de informaciones que nos trasmiten la importancia del yacimiento, y una segunda etapa en la que el yacimiento, tras su primera e única campaña de excavaciones ha pasado un poco como al olvido y en el que se produce un desierto de información sobre el mismo que permite imaginar cual es su estado actual.
Dentro del primer período de información me remito al archivo municipal de esta villa (AMA) en el que han sido localizados sendos documentos que atestiguan como desde el siglo XVIII ya aparecían importantes piezas en la zona en cuestión. Uno de ellos hace referencia a la detención de tres personas por encontrarse buscando tesoros; y el otro hace referencia a la aparición de restos del antiguo balneario incluida la famosa inscripción de los duunviros, hace referencia a los hallazgos al pie de un monte justo al otro lado del río enfrente del balneario, el cabezo del Tío Pío casi con seguridad, se habían encontrado “pedazos de barro romano… Algunasde estas que sean encontrado enteras selas a allado llenas de cenizas mezcladas con costillas y pedazos de restos humanos…” En el documento menciona “barro romano”, pero por su ubicación sólo puede ser una de las necrópolis del Cabezo del Tío Pío. Estos documentos hacen ver la importancia que ya en el siglo XVIII tenían los hallazgos de Archena, al igual que su preocupación por su conservación y expolio.
A principios del siglo XIX varias obras mencionan el nombre de Archena en referencia ya, a su cerámica ibérica y en relación con su estación termal. Así es el caso Cean Bermúdez o del canónigo Lozano que en su Historia de Jumilla, se pueden ver dibujados alguno de los hallazgos pero no concretando su procedencia. Pierre Paris recoge lo que otros autores habían dicho, pero solamente mencionando a Archena como la región de su procedencia. También sucede lo mismo con Sandars y su estudio sobre el vaso de los guerreros de Archena, o la recopilación de Gonzáles Simancas que proporciona una lista de hallazgos en base a los inventarios del Museo Arqueológico Nacional. Luis Pericot también habla sobre las piezas de Archena, aunque sin situarlas. Bosch Gimpera hace un listado de los materiales que proceden de Archena, pero no menciona su procedencia exacta. Los primeros que se plantean la procedencia del yacimiento son Obermaier y Heiss, pero sin concretarlo.
Será Fernández Avilés quien emplazaría el yacimiento en el Cabezo del Tío Pío, identificando la necrópolis al pie del cabezo.
Todos estos trabajos se basan en referencias de autores anteriores y sobre testimonios de personas del pueblo que los han visto, e incluso hay algunas colecciones particulares, y sobre lo que se pudo catalogar antes de la excavación.
Como he indicado al inicio el punto de inflexión en el desarrollo de la historia del yacimiento es la intervención arqueológica que se lleva acabo en 1944 por Julián San Valero Aparisi y Domingo Fletcher Valls.
Esta única campaña de excavaciones pretendía abrir diferentes catas que fuesen productivas en cuanto a información, y que sirviesen como guía para futuras campañas. Con esta idea se abrieron tres catas, más cinco tumbas de la necrópolis no expoliada, en diferentes partes del cabezo; las tres zonas fueron: la vertiente meridional, la meseta y la parte NE, además de las cinco tumbas de la necrópolis situada en una zona de mayor pendiente pero sin expoliar.
En la vertiente meridional se excavaron siete departamentos de lo que se supone que es el poblado o zona de hábitat, el material encontrado es bastante significativo, destacando el departamento, ya que en su interior se encontraron cerca de doce ánforas “in situ”, algunas de ellas enteras y otras reventadas por la presión de la tierra. Destacando que algunas contenían vino y que al desecarse este dejó residuo seco, que según parece, por la cantidad del mismo, parece ser que estaban llenas, y estuvieron bastante tiempo abandonadas llenas. Según parece esta sería la zona más moderna de hábitat, puesta en relación con los materiales hallados, cerámica ibérica y romana.
En la meseta o acrópolis, se encontró un departamento de forma rectangular de dimensiones considerables, lo sorprendente de este departamento fue el encontrar un enterramiento en fundacional, es decir, que sobre una gran losa se deposita el cadáver, de la persona, supuestamente sacrificada, y sobre ella se alzan los muros, pues al menos esa esa la conclusión a la que llegan San Valero y Fletcher, interpretándolo como un edificio importante dentro de la zona de la acrópolis, tal vez, con un significado religioso especial.
La tercera zona de excavación corresponde a la vertiente NE, en la que solamente se excavaron tres departamentos en los que se encontraron abundantes restos de cerámica ibérica, y menor cantidad de cerámica romana, por lo que fue interpretado como que esta sería la zona más antigua de hábitat del poblado, a medida que el peligro de agresiones se reducía, el doblamiento debería de acercarse más a la ladera del río. Esta es la conclusión a la que llegaron los directores de la excavación. Ellos mismo indican que es prematura hacer estas conclusiones en definitivas, pues es muy poco lo excavado y quedan bastantes zonas por excavar.
En la necrópolis se excavaron cinco tumbas, aunque una no resultó serlo, pues una de ellas, la catalogada como tumba cuatro, sólo era una aglomeración de cenizas, que puede identificarse como un crematorio, o simplemente una tumba saqueada por los furtivos o por las escorrentías del agua propiciadas por la pendiente. Entre los ajuares encontrados destacan una falcata completa, y restos de otra, además de valiosas piezas de cerámica importada, cerámicas helenísticas de barniz negro, que denotan la importancia del comercio y la entidad de los moradores de poblado capaces de adquirir piezas que suponen un auténtico lujo.
Tras este breve resumen de la campaña de excavaciones, hasta 1947 año en el que aparece la memoria de la excavación, a partir de ese año se abre un paréntesis en la investigación sobre Archena, y de El Cabezo del Tío Pío en particular.
Este paréntesis, o vacío sobre la investigación llega hasta los años ochenta en los que por suerte vuelven a aparecer trabajos relacionados con Archena y con la cerámica del Cabezo del Tío Pío, destacando el trabajo realizado por José Miguel García Cano y Virginia Page del Pozo en el que revisan los materiales que de la excavación anteriormente citada, y además investigan sobre nuevos hallazgos. Estas nuevas adquisiciones provienen de donaciones al Museo Arqueológico Provincial de Murcia, procedente de colecciones particulares. Además consiguen acceder y estudiar algunos materiales sustraídos del yacimiento y en otras colecciones particulares que no han sido donadas.
Este trabajo es importante pues supone de nuevo resaltar la importancia del yacimiento, y tras un estudio detallado de los materiales, permite tener una visión de la importancia de estos, y la relevancia del yacimiento.
Ahora queda la cuestión más importante, ¿Cuál va a ser el futuro del yacimiento? Creo que esta podría ser una fecha significativa, pues se cumplen sesenta años de la primera campaña de excavaciones, por lo que mi propuesta es la de reanudar los trabajos en el yacimiento.
El proyecto que propongo es la recuperación de la zona excavada en los años cuarenta, restaurarla, y que esta primera iniciativa sirva como acicate para posibles futuras campañas de excavación.
La idea principal de este proyecto es evitar el deterioro que tiene el yacimiento, pues en Archena, el tipo de clima, sobre todo las lluvias torrenciales, son un gran problema para la conservación del yacimiento, si a la intemperie, le sumamos la friolera de sesenta años, es normal que nos encontremos el yacimiento en las condiciones que se encuentra. Otro de los grandes problemas que padece la arqueología es el intrusismo y los furtivos, plaga de la que el yacimiento archenero ha estado siempre convaleciente. Nada más que por estos dos motivos, creo que merecería la pena afrontar el reto de llevar a cabo una campaña de rehabilitación y acondicionamiento del yacimiento, pero hay muchas más. Este yacimiento es un importantísimo valor patrimonial de los murcianos que debemos conservar, y si es posible explotar. Al igual que para Archena, su Balneario es un reclamo turístico, su patrimonio arqueológico también debe serlo, y el yacimiento del Cabezo del Tío Pío es el más importante del Valle de Ricote.
El proyecto "ACONDICIONAMIENTO Y PUESTA EN VALOR DEL CABEZO DEL TÍO PÍO: LIMPIEZA Y RESTAURACIÓN DEL ÁREA DE EXCAVACIÓN. EXCAVACIONES REALIZADAS POR, SAN VALERO APARISI & FLETCHER VALLS, 1944" elaborado por mi, y por el doctor José Antonio Molina, se plantea como objetivo evitar que continúe degradándose el yacimiento; para ello, proponemos una primera campaña de limpieza del yacimiento en general, pues hay que acometer con la retirada de escombros, residuos y desbroce de las zonas arqueológicas y limpieza de maleza.
Tras esta primera labor de limpieza, es necesario el cegado de las trincheras de expoliación del yacimiento para recomponer su imagen y evitar que las inclemencias meteorológicas continúen estropeando las estructuras que han quedado al descubierto.
Lo siguiente sería delimitar un perímetro de seguridad para llevar a cabo el vallado del yacimiento. La siguiente acción sería la excavación del poblado con el objetivo de volver a descubrir las estructuras de habitación que se encontraron en la excavación de 1944, y que por estar en ladera, con gran pendiente, los materiales que han ido cayendo ladera abajo han acolmatado estas estructuras, de las que apenas quedan las hileras de la base de cimentación. Una vez conseguida la exhumación de las estructuras será necesaria la participación de un equipo de restauradores que consoliden y realcen las mismas para que vuelvan a recuperar la vistosidad de antaño y sobre todo se consoliden para evitar su deterioro.
La consolidación de los muros y el acondicionamiento del yacimiento abre la puerta a la posibilidad de realizar visitas al mismo, esto sería un complemento para la oferta turística del valle de Ricote, y Archena en particular, y de Murcia en general. No hay que olvidar que muchas piezas de este yacimiento, por su importancia, están expuestas en el Museo Arqueológico Nacional.
Para ir concluyendo diré que este proyecto, que en breve comenzará su tramitación para su aprobación o inviabilidad, pretende ser en cierto modo un homenaje a los primeros excavadores del Cabezo del Tío Pío, y el acicate necesario para comenzar el proceso de recuperación de este importante yacimiento.
Fuente: Alberto Arques Hernández.