Las culturas primitivas concebían la enfermedad como un mal asociado a un castigo por lo que médico y sacerdote eran oficios encarnados en la misma persona, que gozaba lógicamente de una gran consideración social.
Los egipcios, además de otras interesantes aportaciones médicas, fueron los primeros que separaron los elementos religiosos, mágicos y empíricos, pudiendo el ciudadano elegir entre el sacerdote, el mago o el médico para el alivio y tratamiento de sus problemas.
Los tratados redactados por el griego Hipócrates y sus discípulos, constituyeron durante muchos años la fuente básica de sabiduría en materia sanitaria. Los romanos destacaron por las obras públicas que incidían directamente en una mejora de la sanidad como los acueductos, alcantarillas y baños y dieron un mayor desarrollo a la cirugía. La medicina árabe, además de recopilar y mantener los conocimientos de griegos y romanos, representó un avance sustancial en enfermedades infecciosas y oculares, observaciones clínicas y ampliación de la farmacopea.
Durante la Edad Media y hasta el edicto del Concilio de Tours (1145) que prohibía la práctica quirúrgica a los clérigos, la medicina, como cualquier otra rama del saber, se ejerció principalmente en los monasterios. En esa época se produjo el divorcio entre medicina y cirugía, quedando el cirujano, en muchas ocasiones un barbero, subordinado siempre al médico. Se constata una ola de fundación de hospitales que en realidad eran hospicios, es decir, estaban destinados a amparar a peregrinos y pobres, enfermos o no, a darles hospitalidad.
Centrándonos ya en Archena y apoyándonos en los documentos conservados en el Archivo Municipal hay que citar los libros de cuentas que presentaba el mayordomo de propios que recogen pagos aislados para cirujanos y sangradores desde el siglo XVII. Pero Archena no contaba con médicos titulares nada mas que durante breves períodos de tiempo. La precariedad económica conducía a que los médicos pagados por el ayuntamiento para atender a los vecinos mediante una iguala, se marchasen pronto. En 1762 el médico que había ejercido los dos últimos años, Francisco Fúster, reclamó al ayuntamiento los haberes que se le adeudaban. Ya en 1808 Juan Mª de Osorio presentó un oficio indicando que se trasladaba a otro lugar donde le pagaban más. Normalmente el mismo médico de los Baños ejercía como titular en Archena, trayéndolo y llevándolo los vecinos.
En 1799 el concejo nombró cirujano al que lo era de la villa de Alguazas " al carecer este pueblo de él por su corto vecindario" con la condición de dejar encargados por oficiales a Nicolás Rodríguez e Higinio Alcolea para que estos observen cuanto les deje ordenado en el método de las curaciones. Al último de ellos le debieron aprovechar bastante las lecciones porque se conserva en el archivo una carta fechada en 1820 y remitida a la Junta de Sanidad de la provincia por el cirujano titular y vecino de Ulea, don Gregorio Sabater, en la que denuncia al curandero, vecino de Archena, Higinio Alcolea por ejercer estas prácticas sin titulación.
blog de Pachi Amorós