Más de un centenar de personas asistieron, pese al mal tiempo, a este homenaje que ha rendido el Ayuntamiento a este personaje histórico y popular del municipio
La Alcaldesa de Archena, Patricia Fernández, preside el acto de traslado al monumento funerario del Camposanto de Archena de Francisca Guillén Ortega, más conocida por ‘La Iluminada de La Algaida’ o también ‘la Tía Quica’ quien ha recibido, esta mañana, su descanso definitivo en el monumento funerario que el Ayuntamiento de Archena ha erigido en su honor por configurarse como un personaje histórico popular.
La Alcaldesa del municipio ha trasladado su satisfacción “por haber sido la primera regidora en materializar este homenaje público a un personaje muy popular e histórico, que aún hoy es venerado por miles de personas dentro y fuera del municipio”. También explicó que “de esta forma quiero dejar constancia que nuestra preocupación, como institución municipal, queda patente al seguir interesada y mucho por la cultura popular, por la historia tradicional de nuestro pueblo, de nuestra ciudad”.
Por su parte, el periodista Tomás Guillén, autor del libro dedicado a su vida y obra, ha dicho al hilo del acto que “se trata de un personaje aún, hoy, recordado, admirado, respetado y comentado casi 100 años después de su muerte”.
Patricia Fernández y varios de los concejales del Equipo de Gobierno han asistido a este homenaje y han depositado una flor en su tumba, sita en un lugar céntrico del Camposanto archenero, tras el responso que ha realizado el Vicario de Zona y Párroco de San Juan de Archena, Alfonso Alburquerque.
La Iluminada fue una mujer perteneciente a un pequeño mundo rural, sin perspectivas ni posibilidades, en un tiempo oscuro y atrasado (principios del siglo XX), que se convertía milagrosamente en una gran oradora. También conocida como la Tía Quica, conseguía despertar las conciencias de una multitud y pronosticaba unos peligros que estaban por llegar. Sus transformaciones y visiones atrajeron cada vez a más y más seguidores ansiosos por creer y por salvarse. Sin embargo, su don suponía una amenaza para el orden civil y eclesiástico, menos ávido de creer. Murió de una forma que, a día de hoy, sigue siendo un misterio.
Cabe recordar que ‘La Iluminada’ estaba enterrada, antes de este traslado, en un nicho familiar sin ninguna indicación sobre su persona.